
Pandilla, no os lo vais a creer, pero en nuestras aguas del Miño, vive algo más raro que el Gayoso en “Pekín Express” (ya molaría, eh) El caso es que, estos días pasados, quise evitar un poco el S. Froilán, para mí se llena demasiado de gente, eso que me ha parecido que este año ha sido más flojo, ya me contareis… Pues eso, que como no me gustan los ajetreos me doy unos paseos por el Miño que ni el Tarzán haciendo senderismo, hasta que la otra noche observé en la espesura de los árboles, dos ojos más rojos que los de la Esteban en la Noria, me acerqué a ellos y utilicé la bengala que guardo en mi sacho y… Horreur!!! Me encontré con un bicho que parecía un clon chungo entre el Shreck y el Pozí; fue tal la impresión que me quedé más parado que los ojos del Chuck Norris, a punto estuve de hacérmelo encima, hasta que el ser me apartó sin más, con uno de sus largos brazos y siguió andando más lento que la infancia de Heidi. Tengo que investigar más el caso. Algo me habían comentado hace tiempo, pero no creí que estuviéramos contaminando tanto las aguas para que naciera ese monstruo.