Qué manía tiene la gente con enfrentar a estos dos
guerreros. Es algo así como lo del Barça y el Madrid, si eres de uno tienes que
ser enemigo del otro. No entiendo el por qué de esa rivalidad, incluso la de
comparar con mala saña el estilo gráfico o el guión de sus autores, llegando a
conclusiones a veces totalmente absurdas. Comprendo que haya quien se decante por un
personaje o por otro, es lógico, pero ese insano intento de desprestigiar a uno
de ellos a favor del otro me parece absurdo y que no conduce a ningún lugar;
seamos serios y respetemos ambas obras porque las dos merecen muchísimo la
pena. Sus dibujantes, ambos grandes artistas ya no están por desgracia entre
nosotros y son dignos de un gran respeto en la historia de nuestro tebeo.
Cuanto más sé de sus vidas y de sus trabajos más les admiro; para mí son un claro
ejemplo a seguir en el amor al cómic. Además, por lo poco que sé, ambos se
llevaban bien, cada uno con su estilo y su línea. Eran entre sí cordiales e
incluso he visto alguna ilustración de Ambrós con los dos héroes estrechándose
la mano. Entonces ¿Por qué criticarles tanto? ¿No deberíamos, al contrario,
defenderlos porque nos han marcado y aún nos marcan una etapa en nuestra vida? Creo
que con muchas de las críticas que por ahí observo, lo único que se consigue es
menospreciarlos, cuando en realidad, han sido grandes pilares de este arte, merecedores
de muchísimo más reconocimiento del que aún tienen hoy en día.
Si el Capitán y el Guerrero se encontraran, puede que en un
principio entablaran un combate, pero enseguida se harían amigos porque comparten
muchos valores en común como la valentía, la lealtad y el respeto a un
contrincante noble en la batalla. Compartirían muchas veladas hablando de sus
orígenes y sus viajes; Crispín
entrenaría con Fernando y Goliath se comería uno de sus “guisitos” mientras
contempla sonriente la escena.
2 comentarios:
Fantástica ilustración.
Muchas gracias, Antonio, la hice expresamente para publicar la opinión que la acompaña
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