domingo, 1 de agosto de 2010
La partida de Chaturanga
En el siglo VI d.C. En la India, en la región de Taligana, según cuenta la leyenda, el Rey Ladava había perdido a su hijo Adjamir en una batalla, lo que le sumió en una profunda tristeza; la corte hizo todo lo posible para distraer al melancólico rey, sin ningún éxito, hasta que apareció un joven llamado Lahur Sissa, con una caja que contenía un tablero y un juego de piezas de madera. Era un interesante pasatiempo al que llamaron Chaturanga, consistía en una batalla entre dos ejércitos dirigido por dos personas enfrentadas. El rey Ladava, pronto comenzó a jugar, comprendiendo el sacrificio de su hijo para obtener la victoria, aprendió a planificar las acciones, a entregar una pieza para conseguir el objetivo y los muchos errores que se pueden cometer en plena guerra. Tan contento estaba el rey que le ofreció a Sissa el regalo que éste quisiera. Fue entonces cuando pidió un grano de trigo por la primer casilla, dos por la segunda, cuatro por la tercera, dieciséis por la cuarta y así en progresión geométrica hasta llegar a la número sesenta y cuatro. El rey Ladava aceptó sin pensar las consecuencias, porque, cuando comenzó a echar cuentas, pronto se percató de que nunca conseguiría reunir tanto trigo.
Sissa, enseñó a su rey, que no se puede prometer sin saber si se puede cumplir, siendo nombrado Visir del Reino de Taligana.
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4 comentarios:
Cuanta sabiduría hay encerrada en esta narración.Cuantas narraciones sabias nos enseñaron nuestros ancestros.Y cuantas narraciones ignoramos en nuestra infinita soberbia y estupidez.
Gracias Goz, en realidad era por aprovechar la imagen que tenía, porque creo que casi todo el mundo conoce esta leyenda. No?
La historia ya la conecía (Lo del trigo me refiero).Muy bien contada...
me encantó el final que no se puede prometer sin pensar...
Verdad, verdad
Féliz semana.
Gracias Mel, la verdad que es una historia muy conocida y vieja. Que tengas también una feliz semana, y que sigas siendo tan romántica.
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